Este neologismo tiene su origen en el inglés sextortion definido
como, una forma de explotación sexual en la cual se chantajea a una
persona por medio de una imagen de si misma desnuda que ha compartido a
través de Internet. La víctima es posteriormente coacionada para tener
relaciones sexuales con el/la chantajista, para producir pornografía y
otras acciones.
Ha sido un tiempo en que la prevalencia no ha parado de aumentar y que tiene principalmente dos acciones en su origen:
- Sexting: Envío de contenidos de tipo sexual, principalmente fotografías y/o vídeos, producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles.
- Sexcasting: Mostrar el propio cuerpo a través de Webcam
Por un lado, es sexting
está en claro aumento e incluso adquiriendo la categoría de práctica
sexual normalizada e impulsada por las aplicaciones de comunicación
instantánea de los smarthphones, tipo WhatsApp.
Por otro, y a pesar de que se han hecho muchos esfuerzos para que se conozcan los riesgos de la webcam, demasiadas personas siguen mostrándose desnudas frente a la cámara web ignorando que alguien al otro lado puede estar grabando la secuencia.
El
posterior chantaje se suele realizar por Internet, ya que asegura un
cierto grado de anonimato al criminal. Ante las estrategias de chantaje
que se pueden dar en las redes sociales, los adolescentes no tienen la
suficiente capacidad de reacción para pedir ayuda, y entran en una
dinámica que tiene graves consecuencias.
Para tratar de ilustrar mejor las posibles consecuencias de la sextorsión, os dejamos este vídeo.
Este
tipo de extorsión puede afectar a cualquiera menores o adultos, hombre o
mujeres y los extorsionadores pueden ser personas conocidas o
desconocidas. Además la vía de obtención de las imágenes pueden ser
muchas. Por ello y como siempre decimos, ERES LIBRE DE HACER LO QUE
QUIERAS PERO SABIENDO LO QUE HACES.
Rocío Gay