miércoles, 4 de septiembre de 2013

MIRANDO ATRAS: LAS VIRGENES JURADAS

Hace unos días mientras comía vi una noticia en televisión que hablaba sobre las vírgenes juradas, mujeres que por nacer en determinada parte de la tierra la opción que tenían para sobrevivir es renunciar a las relaciones sexuales y al matrimonio y convertirse en hombres. 

Cuando la mujeres de estas zonas, querían evitar un matrimonio que no deseaban o en su familia no había ninguna figura masculina la única opción posible era jurar ante los ancianos de la comunidad y desde ese momento se viste como un hombre y es tratada como tal además de, como ya hemos visto antes, renunciar al sexo y al matrimonio. Cabe destacar que estas mujeres podían llevar armas, gobernar sus familias, fumar y permanecer entre los hombres pero no tenían voto en las decisiones de la comunidad.

En algunos casos esta era la única opción para la supervivencia de una familia donde morían todos los varones de manera que una mujer asumía este sacrificio o la familia quedaba avocada a morir de hambre.

Al parecer culturas como la eslava, la gitana o la griega prácticaban esta tradición aunque ya está casi desparecida quedando solo ubicada en el norte de Albania donde aún quedan cuarenta vírgenes juradas. Actualmente la legislación albana contempla esta práctica como legal. 

Como ya hemos comentado esta práctica ya está casi obsoleta pero no nos conviene olvidar de donde venimos, como eran las cosas antes y como son ahora. Muchas personas, hombres y mujeres, han sufrido por la igualdad entre sexos. Quizá volviendo la vista atrás o ampliando nuestras fronteras podremos darnos cuenta de lo necesaria que es esa igualdad y de lo mucho que queda por hacer aún.

Desde COLOKATE y en algún post que otro seguiremos mirando atrás y recordando la aspectos de nuestro pasado relacionados con la igualdad porque es una buena forma de apreciar lo que ya se ha conseguido y de reflexionar  sobre lo que queda por hacer.

                                                                                                                   Pedro Cortés

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