Si la violencia de género erradica en la
desigualdad y esta desigualdad, a su vez, en los estereotipos de género ¿Por
qué no atajar la base del problema?. Esto parece simple, pero los estereotipos
están tan arraigados en nuestra cultura que es bastante difícil realizar un
cambio.
Si vamos a una tienda de bebes, generalmente,
existe ropa azul que se le atribuye al niño y ropa rosa que se le atribuye a la
niña.
Cuando regalamos un juguete, solemos diferenciar
entre los juguetes con los que “debería” jugar una chica, tales como muñecas o
cocinas; y los juguetes para chico, entre los que se encuentran los coches,
balones, pistolas, etc. Todos ellos
tienden a agrupar a los niños, de forma que a partir de ellos podríamos suponer
que la mujer debe encargarse de las tareas domésticas y del cuidado de los
niños y al hombre debe gustarle el deporte, los coches y la violencia. De esta
forma inculcamos a nuestros hijos, sin darnos cuenta, la división que existe
entre hombre y mujer con respecto a sus funciones y manera de ser
predeterminada, cuando en el fondo, todos tenemos los mismos derechos y
deberes.
Sin embargo, aunque unos padres intenten educar a
sus hijos desde la igualdad no es tarea fácil, ya que la sociedad también
influye en el desarrollo del niño y esta aparece estereotipada, no solo a nivel
comercial (juguetes, ropa…) también a nivel escolar, social, medios de
comunicación…
De modo que conforme el niño va creciendo la
educación recibida por los padres es influenciada por sus amistades. Haciendo
que vuelvan a aparecer las diferenciaciones, por ejemplo: una niña a la que le
guste jugar al fútbol puede ser tildada de marimacho o un niño al que le gusten
las muñecas de nenaza, y todo ello por no comportarse según la forma que es
“normal” para su sexo. Todas estas discriminaciones pueden suponer un gran
problema para un niño, puesto que para ellos, el entorno social es importante y
el sentirse aceptados por él aún más.
Conforme se va creciendo y madurando, se va
aprendiendo que cada cual es como es y que no debería existir diferenciación
(con respecto a funciones y gustos) entre hombres y mujeres. Que la diferencia
física no indica atributos sobre la forma de ser.
En mi opinión, la eliminación de estereotipos es
muy difícil, ya que muchos factores influyen en el desarrollo de una persona y
es difícil que todos cambien a la vez. Pero a través de pequeñas cosas se puede
lograr mucho poco a poco. Es muy importante la educación que ofrecen sus padres
a sus hijos, al igual que la educación que recibe el niño en el colegio, estos
y muchos otros son ámbitos sobre los que podemos actuar e iniciar el cambio
hacia una verdadera sociedad de iguales en derecho y deberes.
Miriam Extremera