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miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿COMO PODEMOS ACTUAR EN CASO DE VIOLENCIA DE GENERO?



¿CÓMO SE DEBE ACTUAR?
• Se debe ser honesto y de confianza en todo momento.
• Respetar a la gente a tomar sus propias decisiones, así como respetar la privacidad y la confidencialidad.
• Ser consciente de nuestros propios prejuicios. Dejar claro a las personas que, aunque ellos rechacen ayuda ahora, pueden beneficiarse de esta ayuda en un futuro.

¿QUÉ NO DEBEMOS HACER?
• No hacer falsas promesas o dar información errónea.
• No forzar a la gente a hablar o hacer cosas, no ser intrusivo o agresivo.
• No presionar a las personas para que te cuenten las cosas, dar tiempo.
• No compartir la información con nadie.
• No juzgar a las personas por sus acciones o sentimientos.

ALGUNAS TÉCNICAS A APRENDER.



1. Ventilación emocional
Se trata de permitir a la víctima expresarse emocionalmente de una manera extensa; permitir que lloren si se ven en la necesidad de llorar; no interrumpir, darles tiempo y transmitirles que no tenemos prisa; respetar los silencios y los tiempos. La expresión emocional reducirá la ansiedad inicial.

2. Empatía
La empatía es la capacidad de contactar emocionalmente en este caso con la víctima. Sería la habilidad de ser capaces de ponernos en su lugar e intentar llegar a sentir lo que él o ella siente, siempre que sus sentimientos no interfieran en nuestra actuación.

3. La escucha activa
Es demostrar con nuestro comportamiento que estamos escuchando al que habla. No simplemente estamos oyéndole, sino que estamos entendiendo, comprendiendo, dando sentido a lo que oímos. No solo atendemos a lo que expresa directamente, sino también y de manera muy importante, a los sentimientos, pensamientos, emociones que subyacen a lo que se está diciendo.

4. Dar información
Una vez la víctima se haya “tranquilizado”, es fundamental dar información para avanzar en el proceso de recuperación psicológica.

Este es un breve resumen de algunos de los puntos básicos, os podéis  descargar la guía completa pinchando aquí:


Guía de Primeros Auxilios Psicológicos en Violencia de Género

Sonia Estrella

miércoles, 10 de julio de 2013

EDUCAR CONTRA EL MALTRATO


Sirvan las presentes líneas a modo de reflexión sobre la necesidad urgente de implantar un sistema de educación que "eduque" en la igualdad.

Resulta alarmante que en nuestra sociedad se den casos tan precoces de maltrato.

  La Ley contra la Violencia de Género nació con el espíritu de luchar contra esa superioridad que ejercía el hombre sobre la mujer por el mero hecho de ser mujer. Ha sido una Ley que nace tras años y años de sometimiento de la mujer al hombre.

 Parecería "lógico" que las mujeres que sufren esta lacra fueran únicamente mujeres de edad media-avanzada, pero no es así, puesto que existen adolescentes, niñas de 16/18 años que ya sufren esta terrible situación.

¿Cómo puede ser que una niña de 16 años no pueda salir con sus amigos simplemente porque su novio piense que quieren ligar con ella?, o ¿que no se atreva a ponerse minifalda por miedo a lo que diga su novio?.

 Pienso que la educación es un tema que quizá se ha dejado un poco "aparcado", porque lógicamente, lo urgente era salvaguardar la seguridad de las víctimas, y en orden a ello se dirigen todos los medios de los que se dispone.

Es hora ya de que se afronte este tema de forma radical y concreta. ¿Cómo? La escuela debe ser un eje de intervención primario e insistente. No se puede permitir la violencia ni física ni psíquica de los chicos hacia las chicas, ni si quiera justificarla con que son cosas de niños, que ellos deben resolver. Hay que darles habilidades sociales saludables y democráticas. Hay que establecer el Mediador de Conflictos de forma institucional, por el que hay que pasar ante cualquier diferencia de opinión y el que no lo utilice debe ser desacreditado aunque tenga la razón. Tolerancia cero con la violencia.

 La familia debe desembarazarse de todos los prejuicios y estereotipos sociales acumulados en los últimos siglos y empezar a tratar a las hijas igual que a los hijos: misma libertad, posibilidades, vocabulario, horarios, cariño, etc. Las religiones deben superar todos sus traumas sexuales, su fobia a la mujer como centro de todos los males que le pasan a la sociedad. Cambiar el vocabulario y la actitud en todo lo que se relacione con ellas y entrar en una vía de democratización e igualdad, que facilite su participación en ritos, debates, responsabilidades. desarrollando talleres en Centros Cívicos para niños, imponiendo asignaturas en el curso escolar. De esta forma hay que enseñar a nuestros hijos desde su más tierna infancia el valor de la igualdad, del respeto y que los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones.

Es por ello, que se hace necesario educarles desde bien pequeños, cuando su personalidad está en fase de formación, para que interioricen suficientemente el valor de la igualdad y del respeto a los demás, porque a la vista está que estos valores no tienen suficiente peso en ellos.


                                                                                                            Tamara Durillo

miércoles, 1 de mayo de 2013

VIOLENCIA DE GENERO MASCULINO

Los comportamientos violentos han estado ligados generalmente al género masculino. Sin embargo, en el tema de la violencia doméstica se discute acerca de la supuesta supremacía del sexo masculino en la autoría de los mismos. Hoy en día, para algunos investigadores, casi el mismo número de hombres que de mujeres sufren malos tratos por parte de sus parejas. En muchos países, el número de hombres que reciben malos tratos de sus parejas es prácticamente similar al de las mujeres, cuando no mayor.

Un hombre maltratado es aquel que es habitualmente agredido, en forma física o verbal, por su esposa, sus hijos o por quienes conviven con él. Por el tipo de sociedad patriarcal en la que vivimos, la golpeada suele ser la mujer y a un hombre le cuesta admitirlo. Los hombres maltratados no se atreven a denunciar estos hechos, porque los ven como algo que puede afectar a su hombría. La percepción común es que los hombres nunca son las víctimas de la violencia doméstica. Para resolver el problema debemos liberarnos de este tabú y tener un acercamiento más equilibrado al problema. Como sucede con la mayoría de los problemas de violencia familiar, la situación empeora día tras día y los maltratos aumentan puertas adentro y con más de un cómplice.

La agresión verbal es más citada ante los profesionales, por los hombres que por las mujeres. La desautorización de la palabra frente a los hijos es sumamente agresiva para los hombres, aunque las comunidad tiene poca conciencia de esto. Cuando este tipo de críticas no se realiza en la intimidad, las agresiones se trasforman en graves denigraciones. La principal causa reside en el hecho de que se trata de matrimonios enfermos. Aunque los problemas económicos, la falta de trabajo y las adicciones aumentan las formas de violencia. Las principales causas de la violencia doméstica son el deterioro de la relación de la pareja y la incompatibilidad de caracteres, que empiezan a chocar y llegan a los malos tratos. La problemática puede ser enfocada desde la desigualdad social entre los géneros en cuanto al ejercicio del poder entre varones y mujeres (posturas machistas y feministas radicales, autoritaristas)

El hombre está abandonando "afortunadamente para todos" el rol único de proveedor de los bienes de la familia (progresivamente se está compartiendo ese rol, con la mujer) Ante una sociedad machista el que en ocasiones su salario sea menor o incluso se encuentre sin trabajo, genera una situación que daña su autoestima y aumenta la agresión del grupo familiar hacia él.

No obstante, es un fenómeno distinto a la violencia contra las mujeres y debe analizarse como tal debido a que, como se está planteando su naturaleza, causas y consecuencias serían distintas, así como en los espacios en los que se manifiesta.

Habría que diferenciar entre violencia de género hacia la mujer, violencia de género hacia el hombre y violencia intragénero: los tres tipos son denunciables, porque existe una denigración y desvaloración de una persona, de un igual; pero las causas que las generan y las consecuencias son de índole y grado distinto. Se insiste más en violencia de género hacia la mujer, ya que la principal causa que la generan es cultural y está enraizada en nuestra sociedad, de ahí la importancia de campañas de prevención y coeducación

Olga García


martes, 5 de marzo de 2013

TRAFICO DE MUJERES

En este post me gustaría acercar a un tipo de violencia que sobre todo se da en países extranjeros, este es el tráfico de mujeres y niños para u explotación, sobre todo sexual. Este es un comercio muy lucrativo para los monstruos (por no decirlo de otra forma), que lo llevan a cabo, además estos sujetos están bastante bien protegidos, y sufren escasas consecuencias, por no decir ninguna por parte de los gobiernos.

La trata sexual, supone un problema de derechos humanos y una manifestación de persistente desigualdad entre los sexos, y de la condición de subordinación de la mujer a escala mundial. En todo el mundo, la mayoría de los seres sometidos a la trata sexual son mujeres y niñas de baja condición económica y las principales corrientes de este comercio fluyen desde los países en vías de desarrollo hacia los más prósperos. Estas personas que son objeto de tráfico suelen encontrarse aisladas de las redes sociales tradicionales y de los servicios gubernamentales. En mucho casos son las mismas políticas migratorias impulsadas por los gobiernos las causantes del problema, forzando a las mujeres y niñas víctimas de tráfico a mantenerse en situaciones de clandestinidad. Detrás de la trata de personas, particularmente de mujeres y niñas, subyacen problemas socioeconómicos, de pobreza, que les colocan en situaciones de vulnerabilidad ante la explotación y el abuso de traficantes. 

La trata encuentra impulso en una demanda de cuerpos de mujeres y niñas en la industria sexual, alimentada por una oferta de mujeres, a quienes se les niegan los derechos y oportunidades. El factor de la demanda en el tráfico sexual, sigue siendo al menos visible. En muchas ocasiones parece que se olvida que en la industria del sexo se trafica con seres humanos para satisfacer la demanda de los compradores, es lo que determina que el comercio sexual sea tan lucrativo. Los traficantes, además de explotar las necesidades económicas, sacan provecho de la vulnerabilidad de las mujeres y niñas que han huido de su hogar debido a la violencia o que han sido desplazadas por conflictos armados o desastres naturales.

Las condiciones de la explotación sexual constituyen una violación de los derechos humanos, para comprender el alcance de esa violación, basta observar las formas que tienen los proxenetas para ejercer su control, estos retienen los pasaportes de las víctimas y se los revenden a unos precios abusivos, acto que deja a las mujeres en una posición de vulnerabilidad, especialmente si han entrado en el país de forma ilegal. Los traficantes no permiten que las mujeres abandonen la prostitución hasta que hayan saldado sus deudas, y en muchos casos, estas crecen por efecto de los cargos de alojamiento y manutención.

En esta situación hace que dependan de los traficantes para disponer de comida, dinero, vestimenta y atender otras necesidades. Además sin lugar a dudas, emplean con frecuencia, todo tipo de violencia y amenazas. La violencia psicológica, física y sexual asociada con el tráfico y la explotación sexuales provoca, depresiones, intentos de suicidio, lesiones físicas graves y hasta la muerte. La participación en la industria del sexo conlleva riego de contraer enfermedades de trasmisión sexual, y más teniendo en cuenta que las víctimas no tienen libertad a la hora de usar preservativos. 

La explotación sexual es especialmente dañina para salud de las niñas, que son especialmente vulnerables frente a las infecciones de transmisión sexual, debido a la inmadurez de sus genitales.


Antonio García

miércoles, 27 de febrero de 2013

VIOLENCIA DE GÉNERO Y DISCAPACIDAD

La mujer con discapacidad ha permanecido, y permanece en gran medida "invisible" para la sociedad. Ser mujer con discapacidad marca una trayectoria de doble discriminación, como mujer y como discapacitada, y añade barreras que dificultan el ejercicio de derechos y responsabilidades como personas, la plena participación social y la consecución de objetivos de vida considerados como esenciales.

En concreto, las mujeres con discapacidad se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad o riesgo a la hora de padecer comportamientos violentos, por los siguientes motivos: 

  • Por se menos capaces para defenderse físicamente del agresor
  • Por tener mayores dificultades para expresar verbalmente los malos tratos
  • Por la dificultad de acceso a los puntos de información y asesoramiento, principalmente motivados por la dificultad de movimientos
  • Por baja autoestima o desconsideraciñon de su imagen como mujer. 
  • Porque es mucho menos habitual que trabajen fuera de casa y eso incrementa la posibilidad de sufrir dependencia económica.
  • Por miedo a denunciar por la posibilidad de perder los cuidados que necesita. 
  • Por tener menor credibilidad ante algunos estamentos sociales
¿Qué tipos de malos tratos añadidos puede sufrir la mujer con discapacidad?

  • Violencia activa 
    • Abuso físico: Administrar medicinas sin necesitarlas y decir a la mujer dependiente donde, cuando y con quién tienes que salir.
    • Abuso emocional: Insultos, críticas, ridiculizar tu cuerpo o tus capacidades, sobreprotección
    • Abuso sexual:  Violación u otros tipo de abusos de índole sexual 
    • Abuso económico: Emplear la discapacidad para mendicidad o abusar del dinero o los bienes del discapacitado.
  • Violencia pasiva:
    • Abandono físico: Descuidar la alimentación, la atención personal, la higiene, la supervisión, 
    • Abandono emocional:  No valorar la opinión, ignorar y avergonzarse del discapacitado y de su existencia.
Por desgracia, los malos tratos tanto físicos como psíquicos a las mujeres afectadas por una discapacidad están aun muy ocultos, pero no por eso son menos frecuentes que los que sufren las mujeres sin discapacidades. 



                                                                                                                                                  Rocío Gay

martes, 19 de febrero de 2013

LA MUTILACION GENITAL FEMENINA

La mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Estos procedimientos no aportan ningún beneficio a la salud de la mujeres y niñas, de hecho todo lo contrario ya que puede producir hemorragias graves y problemas urinarios, y más a largo plazo pueden surgir quistes, infecciones, infertilidad, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido.

Unos 140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad las consecuencias de la mutilación genital. En la mayoría de los casos se practican en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años. Se calcula que en África hay 92 millones de mujeres y niñas de más de 10 años que has sido objeto de estas mutilaciones. 

Estas prácticas, que constituyen una violación de los derechos humanos, son más frecuentes en las regiones occidental, oriental y nororiental de África, en algunos países de Asía y de Oriente Medio.

Las causas que subyacen a este tipo de prácticas son mezcla de factores sociales, culturales y religiosos. Al ser una práctica socialmente aceptada en estos países su realización es muy común lo que lleva a normalización y extensión de la mutilación genital lo que la convierte en un procedimiento tradicional. Llega a considerarse como un preparativo para la edad adulta de las mujeres y como medio para que tengan una vida sexual adecuada. Considerando esta sexualidad adecuada como la virginidad prematrimonial y la fidelidad dentro del matrimonio. En relación también a la sexualidad, también existe la creencia entre los mutiladores de que reduce la libido femenina y así la mujer tendrá menos posibilidades de ser infiel ya que el acto sexual deja de producir placer llegando a producir dolor en algunos casos.

Las creencias religiosas también tienen su influencia en esta práctica, ya que los padres o familiares de las niñas mutiladas le otorgan un carácter de religiosidad, aunque en este sentido existe controversia entre los principales lideres religiosos donde unos se posicionan a favor y otros en contra.

Antonio García